jueves, 23 de mayo de 2013

Nueva Zelanda: Isla Sur parte 2

Después de Milford Sound fuimos de vuelta a Queenstown para probar los mejores mejillones que hemos probado nunca y ver que de noche, Queenstown es el sitio con más marcha de toda la isla sur, por todo el turismo joven que atrae la zona, hasta hay un minicasino. Aún así el que solo vaya por la fiesta, que elija otro país, que Nueva Zelanda es para otras cosas. 
Sobre los mejillones decir que es el plato más popular de Nueva Zelanda, a parte del cordero y la ternera por el excedente que hay.
Los preparan de todas las formas pero la que más nos ha gustado de todas fue allí, mejillones con una crema de vino blanco, ajo, y hierbas.

Al día siguiente fuimos de camino a la zona de glaciares, sin para se tardaría unas cinco horas en llegar, pero a nosotros nos llevo unas ocho, porque ese paisaje merecía pararse a cada momento, para echar una foto o solo para recrearse con las vistas y pellizcarse para ver que eso realmente existe y no es un espejismo.
La pena no haber ido con más tiempo para que pudieramos pasar el día en Wanaka, un pueblo con uno de tantos lagos, pero con muchísimas actividades y unas vistas increibles.

La zona de los glaciares es bastante popular, lo mejor es coger un helicoptero y subir arriba donde el hielo es aún blanco, pero cuesta un riñón. Porque donde llegan las rutas a pie, que son gratis, los glaciares, tanto el de Franz Josef como el Fox Glacier están bastante sucillos por el arrastre de tierra y más que blanco se ve marrón.
Aún así para nosotros es mejor caminar hasta Franz Josef, es más fácil de ver por donde baja la lengua del glaciar.

Desde allí fuimos a Hokitika, donde hay una playa famosa por su puesta de sol. De camino aprendimos que las playas de esa zona son bonitas, pero no para relajarse. La razón principal, a parte del viento que suele hacer, son las sandflies (moscas de arena), esas moscas, más que pesadas tienen muy mala leche, pican, y mucho. Decir que las picaduras nos duraron dos semanas y cambian de color. Al principio notas el picotazo, luego a medida que pasan los días se pasa de un punto rojo a un granazo hinchado y luego una marca roja que parece una quemadura. O al menos eso nos paso a nosotros.
Así que no sé si allí alguien se atreve a tumbarse tranquilamente en la toalla aún con repelente. Nosotros pasamos de la buena idea de sentarnos a comer en la playa a salir corriendo con el plato en la mano, porque entre las moscas y las gaviotas hambrientas, nos arruinaron el picnic.

Al día siguiente ya nos despedimos de Rafa y Maria, que se volvían para Sydney y nosotros, después de mucho sopesar decidimos tirar para el noroeste en lugar del este como habíamos pensado en primer momento. Pocos días para tanto que ver y hacer!

1 comentario:

Jorge Ramiro dijo...

Los viajes que hice fueron por el continente, por eso seria increíble hacer un viaje hacia un lugar mucho mas lejano. Es por eso que quisiera obtener Vuelos a Sydney ya que por las imágenes que veo debe ser una ciudad increíble