lunes, 17 de enero de 2011

Hong Kong express


Aunque solamente teníamos dos días y medio para visitar Hong Kong, creo que tuvimos tiempo para hacer lo indispensable: visitar uno de los budas más grande del mundo, ver el espectáculo de luces de los edificios de la ciudad e ir de compras. Además de comer comida china de la de verdad.
En Madrid, los restaurantes chinos son famosos por sus rollitos de primavera, arroz tres delicias y tallarines con carne, pero hay más que eso. Así que por eso digo, comida de la de verdad, porque hay algo más fuera de ese menú.
En esta ciudad teníamos un contacto, un compañero de trabajo que trabaja a distancia desde Hong Kong, y que el primer día nos llevó a cenar comida típica a un restaurante de más de 100 años, que según él seguía con los mismos camareros y eran muy viejitos, pero a mi me parecían de media como 40 años. Debe ser el té chino, que les conserva muy bien, eso, o que desde la última vez que fue, los viejitos se habían jubilado...
Allí degustamos platos tan populares como paloma a la barbacoa... que espero no fuera de la calle... Y bueno, en general, casi que hubieramos preferido el rollito de primavera...
Para quitarnos el sabor agridulce de la comida china, fuimos al bar más pijo y con mejores vistas de la ciudad, el Aqua (en Tsim Sha Tsui), donde habíamos reservado para cenar cerca de la ventana, pero no quisimos romper el corazón de Robert, mi compañero, que quería invitarnos a cenar, y ese no creo que hubiera sido muy asequible para él. Con decir que los cócteles costaron lo mismo que la cena en el otro lado... Pero mereció la pena ir, además él nunca había estado. Lo malo es que nos dimos cuenta de que por primera vez éramos guiris que van a sus propios bares, porque allí los únicos chinos eran los camareros...

Por otro lado, destacar que Hong Kong es una ciudad muy, muy poblada y es difícil andar por las calles, así que es mejor no ceder el paso y tirar pa´lante sin mirar. Nada más quedar con Robert, tiró sin mirar en ningún momento para atrás, con una rapidez increíble. Y nosotros no pudimos hacer otra cosa que intentar seguir el mismo ritmo, el problema es que nosotros nos chocabamos con la gente y él parecía no tener ese problema. Nos dimos cuenta que eso no era una costumbre personal, sino popular, puesto que en una perfumería repleta de gente, nos pasó lo mismo con una dependienta que nos fue a enseñar un perfume.
Al día siguiente fuimos a ver el buda gigante y nos encantó. Está en una isla bastante con bastante vegetación y las vistas desde el teleférico impresionan. Lo malo es que la neblina permanente de Hong Kong no deja ver todo lo bien que se desearía. Y por la noche, al pico de la ciudad (el Peak), a ver las vistas con los edificios iluminados, donde Robert nos llevó a un sitio menos turístico, gratis y con mejores vistas que desde el mirador.
Esa noche, también nos invitó a cenar, esta vez a un restaurante con todo tipo de comida asiática, que estaba bastante bien, pero con menos encanto que el restaurante de la paloma...
Después nos llevó a la zona de copas en el centro, también muy adaptado al turismo y expatriados, sobre todo australianos y británicos.
Y el último día, a ultimar las compras antes de volver a Australia y probar más comida china, a lo guarro, en la calle, compartiendo mesa y engullendo para dejar sitio al siguiente. Pero decir, que aunque nos resultó difícil comunicarnos en el chiringuito y me quemé la boca por intentar comer al ritmo de los demás, fue la verdadera inmersión en la cultura del comer chino: Sentarse, comer, callar, pagar y: "siguiente!" Y eso que mientras nosotros comiamos, cambiamos de compañeros de mesa 3 veces, aún dejándome el plato por la mitad por vergüenza, y porque no podía aguantar la puntita extra de salsa picante que le había echado a la sopa. En resumen, muy barato, sucillo, pero muy bueno, y que merece la pena probar (el area se llama Mong Kok, area donde comprar zapatillas de deporte, camaras de fotos, ordenadores, perfumes y de todo un poco en los mercadillos de la calle
)

Mis consejos si se pasa por Hong Kong con poco tiempo es ver el buda, subir al Peak y ver la bahía de noche. A la hora de comprar, la mayor diferencia de precio se ve en los perfumes
y cosméticos
en las farmacias, lo demás es algo más barato que en España y poquito más barato que en Australia, pero más caro que China, aunque hay que tener cuidado con las falsificaciones.
Para no tener sorpresas, lo mejor es ir a sitios donde no te ofrecen regatear, porque puede no ser verdadero o no tener garantía.
Si se va a Hong Kong por más tiempo, la ciudad tiene muchas cosas que hacer, pasear por las calles, ya es una aventura, no es nada peligroso y hay cosas abiertas 24 horas. Además está todo tan bien organizado que da gusto, y es que si no, con tanta gente, no se sabe cómo sería...
Por otro lado, aunque dependan del régimen chino, la sociedad está más avanzada y la mayoría hablan o chapurrean algo de inglés por haber sido colonia inglesa, por lo que es más fácil comunicarse que en el resto de China, conservando ese encanto oriental y con distintas costumbres que los occidentales.

De vuelta a Sydney, todo estaba tan tranquilo que me recordó a la hora de la siesta en pueblito español.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Pedazo de budaca!!

Lo de comer a toda leche y que mientras tú estás terminando se han sentado a tu lado 2 ó 3 me recuerda a Japón jajaja

A ver si colgáis unas fotillos de Hong Kong.

Abrazos para los dos!

Anónimo dijo...

que agobio de comida madre mia... esos no conocen la sobremesa?

vir te recordaba a tu pueblo? ese pueblo que hasta las procesiones son en silencio.. que digo yo, que vecinos mas majos seguron que lo hacen para no molestar a las chiquillas que vienen de hacer botellon la noche anterior... jejejej

mil besos y volveis pronto?

Vir dijo...

Las colgaremos proximamente, hay que hacer una selección primero...