Pero no en la de ancianos, que para eso todavía queda, sino en el permiso de residencia permanente en Australia.
Porque hasta ahora tenemos el permiso de residencia temporal, dependiendo de la empresa donde Luisma trabaja, y gozando de menos privilegios que los australianos o residentes permanentes aún pagando los mismos impuestos que ellos...
Lo que nos ha llevado a tomar la decisión es al ver lo complicadas que están las cosas en España en el corto plazo y porque es una puerta abierta para el futuro si después de dos años pudieramos optar por la nacionalidad.
Aunque el nombre de Residencia Permanente no describe exactamente el significado porque debería llamarse residencia indefinida, es decir, se puede terminar en cualquier momento, si te portas mal, te la quitan, si te ausentas demasiado del país, te la quitan. Razones que nos estaban echando un poco para atrás a la hora de pedirla, no porque tengamos pensado portarnos mal, sino porque con lo que pueden tardar en dárnosla, podríamos dejar vivir aquí antes de tener derecho a pedir la ciudadanía y por consiguiente perderíamos el visado.
El que no sepa bien cómo funciona la burocracia en este país, puede pensar: pues por pedirla no se pierde nada no? Pues si se pierde, la hermosa cantidad de $2575 más $317 por el examen de nivel de inglés. Eso si no necesitas presentar ningún documento extra o cambiar nada en la solicitud, que habría que pagar aparte...
Todo ello a fondo perdido, porque si no te la dan, no te devuelven el dinero, lo que hace que la inmigración en este país sea un verdadero negocio.
Y ya lo he dicho muchas veces, para venir aquí, hace faltan dos cosas, dinero y paciencia, mucha paciencia. Mi compañero pidió la residencia hace 3 años y aún no le han dado ninguna respuesta, lo que hace que no pueda salir del país a no ser que sea una emergencia con el riesgo de que si lo hace, no le dejen volver a entrar. Pero su caso es distinto, porque es Pakistaní, su mujer también, y su hija, aún nacida aquí, tiene la nacionalidad de los padres.
Así que echaremos la suerte y veremos si tardan 6 meses en dárnosla, o dos años estando ya en España.
La verdad es que así descrito, no parece buena idea gastar ese dinero...pero si tardan poco en dárnosla, por ser europeos, cualificados y tener más o menos un buen nivel de inglés, la vida sería más fácil, aunque complicada no es (ya lo muestra Luisma en la foto), pero sí gastaríamos menos en seguros privados, y tendríamos derecho a seguridad social, educación y trabajar libremente en cualquier sitio dentro de Australia y Nueva Zelanda.
Además no está mal tener un plan B por si España cumpliera la pesimista predicción de hundirse a las orillas de Europa, que ni espero ni creo que pase.
Sin embargo, nuestra situación no cambia mucho hasta que recibamos respuesta, pensábamos que nos daban la llamada Bridging Visa, hasta que obtengamos respuesta, que es la que tienen los que han estudiado aquí por al menos dos años,. Pero no tenemos nada de eso, es decir, si a Luisma se le terminara el trabajo en su empresa, nos tendríamos que ir del país igualmente, si en la mía al final no pudieran darme los papeles de trabajo. Pudiendo volver si nos concedieran el visado de residencia permanente o con otro tipo de visado como el de turista o estudiante, es decir, vuelta a empezar...
Así que estaremos entretenidos por un tiempo, demostrando que Luisma es buen candidato para vivir aquí conmigo como anexo. Y es que hay que rellenar muchos papeles y demostrar muchas cosas. Algo que es habitual en Australia, teniendo en cuenta que hasta para jugar al fútbol en un equipo de aficionados, te hacen pruebas de selección... pruebas que ha estado haciendo Luisma estas dos últimas semanas. Pero al menos, le han cogido...
miércoles, 16 de febrero de 2011
viernes, 11 de febrero de 2011
Fotos Great Ocean Road
Estabamos esperando a que Dean nos pasara más fotos del viaje, porque resulta que por mucha camara que tengamos, si la llevamos sin suficiente batería, pues nos quedamos a medias. Y eso pasó, que no pudimos hacer fotos a los animalillos que nos encontramos por el camino.
Aunque ya puse algunas fotos de Dean, me imagino que ya colgaré más cuando las tenga todas en buena calidad. Por el momento, algunas de las mias, las podéis ver a la derecha, en el enlace Great Ocean Road.
Espero que os gusten!
Aunque ya puse algunas fotos de Dean, me imagino que ya colgaré más cuando las tenga todas en buena calidad. Por el momento, algunas de las mias, las podéis ver a la derecha, en el enlace Great Ocean Road.
Espero que os gusten!
jueves, 3 de febrero de 2011
Great Ocean Road y Tenis
Pues ya podemos decir que hemos hecho otra actividad turística australiana, y aunque no era algo que creyera indispensable, después de hacerlo, lo recomiendo, tanta gente no podía estar equivocada. Reconocida como una de las rutas escénicas más espectaculares del mundo, la Great Ocean Road es un paseo de unas 3.5-4.5 horas en coche donde se puede simplemente admirar el paisaje o echar fotos desde los múltiples miradores.
La parada por excelencia es cerca de Port Campbell, para ver los 12 Apóstoles, un conjunto de rocas separadas de los acantilados por la fuerza de las olas y que en un principio eran 12 (de ahí el nombre) y con el tiempo van quedando menos en pie. Pensé que no iba a haber mucha diferencia con las formaciones que hay en Lagos-Algarve-Portugal, y es que en realidad se parecen, aunque la fuerza del mar es distinta y no me decantaría por ninguno de los dos, puesto que ambos son maravillas naturales.
En el resto de la ruta, uno se puede parar en varios sitios. Nosotros nos desviamos en el Parque Nacional Otway para ver koalas. Allí sale un camino hacia el faro de Cape Oatway donde viven decenas de koalas, hay que decir que merece la pena si se quieren ver estos entrañables animalitos.
Nuestra esperanza era de ver alguno, pero la verdad es que vimos más de los que esperábamos, e incluso algunos estaban despiertos y hablando entre ellos de árbol en árbol.
No sé si sabréis que los koalas (yo no lo sabía), ahí donde los véis, tranquilitos, entrañables, hacen unos ruidos bastante poco amigables, con decir que nuestro amigo Enrique salió disparado hacia el coche porque pensaba que era un cocodrilo acercándose en vez de koalas comunicándose.
De allí fuimos hacia Apollo Bay, donde pasaríamos la noche y dando una vuelta, en el puerto, vimos una foca, una manta raya y un pingüino. Eso sí que no lo esperabamos!
Al día siguiente, rumbo a Melbourne para llegar a tiempo a la final de tenis, viajamos desde Apollo Bay a Lorne y las vistas son las mejores, típicas de anuncio de coche con su carretera ondulada y paisaje de revista de viajes.
Una vez en Melbourne, tocó sudar, porque estabamos a 40º de temperatura, y con lo que pega el sol por estas tierras sin Capa de Ozono, no había quién parara.
Disfrutamos del partido, pese a que ningún español jugara, pese al calor y pese a estar en lo más alto de la pista.
(Un consejo, nunca compráis las entradas de los primeros, porque te asignan en lo más alto del estadio, al menos eso nos pasó a nosotros, que compramos los tickets el primer día de venta...)
Sin embargo, tuvimos nuestros minutos de gloria, había 5 sitios libres en las zonas de empresas, justo al lado de la pista, y bajamos a ocuparlos. Luego llegó el personal y nos echaron otra vez para arriba.
Ganó Djokovic, que nos mostró su buen juego y gran simpatía después del partido, haciendo un striptease para regalar todo lo que pudo al público. Una pena, que a su brazo no le quedara la suficiente fuerza para lanzarnos una zapatilla como souvenir...
En el resto de la ruta, uno se puede parar en varios sitios. Nosotros nos desviamos en el Parque Nacional Otway para ver koalas. Allí sale un camino hacia el faro de Cape Oatway donde viven decenas de koalas, hay que decir que merece la pena si se quieren ver estos entrañables animalitos.
Nuestra esperanza era de ver alguno, pero la verdad es que vimos más de los que esperábamos, e incluso algunos estaban despiertos y hablando entre ellos de árbol en árbol.
No sé si sabréis que los koalas (yo no lo sabía), ahí donde los véis, tranquilitos, entrañables, hacen unos ruidos bastante poco amigables, con decir que nuestro amigo Enrique salió disparado hacia el coche porque pensaba que era un cocodrilo acercándose en vez de koalas comunicándose.
De allí fuimos hacia Apollo Bay, donde pasaríamos la noche y dando una vuelta, en el puerto, vimos una foca, una manta raya y un pingüino. Eso sí que no lo esperabamos!
Al día siguiente, rumbo a Melbourne para llegar a tiempo a la final de tenis, viajamos desde Apollo Bay a Lorne y las vistas son las mejores, típicas de anuncio de coche con su carretera ondulada y paisaje de revista de viajes.
Una vez en Melbourne, tocó sudar, porque estabamos a 40º de temperatura, y con lo que pega el sol por estas tierras sin Capa de Ozono, no había quién parara.
Disfrutamos del partido, pese a que ningún español jugara, pese al calor y pese a estar en lo más alto de la pista.
(Un consejo, nunca compráis las entradas de los primeros, porque te asignan en lo más alto del estadio, al menos eso nos pasó a nosotros, que compramos los tickets el primer día de venta...)
Sin embargo, tuvimos nuestros minutos de gloria, había 5 sitios libres en las zonas de empresas, justo al lado de la pista, y bajamos a ocuparlos. Luego llegó el personal y nos echaron otra vez para arriba.
Ganó Djokovic, que nos mostró su buen juego y gran simpatía después del partido, haciendo un striptease para regalar todo lo que pudo al público. Una pena, que a su brazo no le quedara la suficiente fuerza para lanzarnos una zapatilla como souvenir...
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