Hoy he sacado una fotillo desde la ventana de lo que se ve de la ciudad en la nueva casita. La verdad es que vivir en un quinto en una de las colinas de Sydney permite que las vistas sean chulas y más si el atardecer deja una bonita estampa en el cielo. No es que se vea mucho de la ciudad, pero vemos uno de los iconos de aquí, la torre de Sydney. Y no es de estrañar, porque sus 279 metros la permiten ser vigilada desde muchas partes.
Otra curiosidad de esta atracción que la gente utiliza como mirador, es que 56 cables la sostienen, cables que si se estiraran, cubrirían la distancia entre Australia y Nueva Zelanda. También es imagen de las noticias españolas en Nochevieja cuando anuncian que los australianos ya han comenzado el año hace unas horas, junto con los fuegos artificiales desde el puente cercano al Opera House.
Por lo demás, ya estamos casi en fin de semana! Creo que el domingo haremos una paella en casa con algunos de nuestros amigos para que prueben las delicias españolas...
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