El martes fue la Melbourne Cup, el día en que para Australia, el mundo se para.
Desde hacía semanas, nos preguntabamos qué era eso porque veíamos carteles en todos los bares y restaurantes. Pensábamos que sería alguna especie de partido superimportante de fútbol, criquet o rugby. Pero no, resulta ser una carrera de caballos en Melbourne que dura escasos minutos, pero para lo que se forma un gran revuelo.
Incluso en el estado de Victoria (donde se sitúa Melbourne) es fiesta pública. Aquí en Sydney no es fiesta, pero muchos tampoco trabajan. Al menos por la tarde. Y es que la carrera suele ser a las 3. La gente hace comidas de empresa tan famosas como las de Navidad, en las que aquí muchas mujeres aprovechan para lucir sus modelitos y sombreritos de todos los tamaños, estilos y colores. Como si realmente fueran al estadio a ver la carrera en vivo. Y es que aquí las chicas aprovechan cualquier ocasión para vestirse como si fueran de boda...
En la empresa donde trabajo, nos fuimos de comilona (pagaba el jefe) y disfrutamos de un saludable menú australiano: carne con patatas fritas y ensalada de judías, acompañado por un bizcocho de chocolate que parecía un entrecot de ternera de lo grande que era, muy ligerito todo... Cualquiera iba a trabajar después de eso... Menos mal teníamos la tarde libre, pero no eramos los únicos, cuando llegué a Sydney parecía que el resto del mundo también.
Esta carrera es tan interesante porque todo el mundo apuesta, y mucha gente pierde mucho dinero. Y este año no ha sido para menos, porque el caballo que iba primero en los entrenamientos quedó de los últimos, y el que iba en el puesto 21 ganó.
En la empresa hicimos una especie de porra-sorteo y mis dos caballos me hicieron perder 3 dolares, no es mucho, pero con eso podría haber comido un día...
Pero las dos cosas que más me impresionaron de todo, fue por un lado, que a las 8 de la mañana hubiera colas en las casas de apuestas e incluso en las carpas de loterías que pusieron para el evento (vamos como Doña Manolita en Madrid para la lotería del Gordo de Navidad...)
Y por otro lado, que la actuación de apertura de la carrera fuera de parte de Olivia Newton John, que parece tener menos años que cuando hacía de adolescente en "Grease". Debe ser la artista australiana más querida...algo así como Carmen Sevilla en España...
No hay comentarios:
Publicar un comentario