lunes, 25 de octubre de 2010

Gigantes

El sábado hicimos algo que llevabamos tiempo deseando pero nunca encontrabamos el momento. Fuimos a ver ballenas y no al acuario, sino a mar abierto.
Teníamos miedo de ir, pagar el paseo en barco y no ver, pero ahora es época de migración de ballenas al sur y es fácil verlas. De hecho vimos tres.
Fue gracioso ver a varios barcos parados en linea en el mismo punto esperando a que pasaran ballenas, como si fuera una carretera en la que estuvieramos esperando que pasaran las ballenas para cruzar.
Y de repente alguién gritó: "allí!" y al ir con un barquito pequeñito, nos pudimos acercar sin espantarlas. Las que más tiempo vimos fueron una madre y su cria en un baile cordinado en el que cada cinco minutos salían a soltar el chorrito, respirar aire fresco y volver a zambullirse de nuevo.
Me alegro de haber hecho el viaje, porque aunque digan que se pueden ver desde la costa o las playas, después de todo el tiempo que llevamos, no había visto ninguna.
Al igual que delfines, que a veces nadan junto a los surferos y todavía no he tenido el gusto de ver.
Y es que hay que tener suerte y vista y pese a las veces que me he tirado mirando al horizonte un buen rato... nada de nada.
Una compañera de la ONG donde estuve de voluntaria estando un día en una piscina natural frente al mar vió una ballena saltando a 100 metros, donde había un viejito británico que le contó que una vez estando en el mismo sitio por última vez antes de volverse a Inglaterra, vió una ballena zambullirse y le causó tanta emoción que decidió quedarse aquí para siempre.

Y hablando de animales grandes, ya he comentado que este es el país de los grandes tamaños, en los que las arañas entre otros bichos desagradables también lo son. Una vez me encontré detrás mía en la oficina una araña tremenda peluda en la pared y que me hizo ver pasar toda mi vida por mi mente en un segundo, hasta que me salió la voz e hice a mi compañero hacerse cargo de ella. Pues bien, el otro día el mismo nos dijo que no fueramos al pasillo si teníamos miedo a las arañas que iba a cazar una "Huntsman" que había visto ahí. Y dijo mi otro compañero, el pakistaní, que se la había cargado ya.
No os imagináis la reacción inexperada que tuvo el australiano, regañándole por haberla matado, porque según él, y según la wikipedia que luego consulté, no sólo no son dañinas sino que son buenas porque cazan otro tipo de bichos y mantienen la zona limpia de cucarachas, que les encantan...De hecho muchos australianos las suelen dejar en sus jardines para hacer de insecticida.
Y yo pensando, seguramente como el pakistaní, que preferimos el "Cucal (matacucarachas)" o el zapatazo a ese animalín peludo con patas de cangrejo y ocho ojos merodeando por la oficina.

6 comentarios:

Jose Antonio dijo...

¿y no hay arañas comestibles?, podría ser un buen negocio.

Ahora que viene halloween ¿de que os vais a disfrazar? ¿Hay mucho zombie por allí?

Luismahou dijo...

¿Arañas? Todas las que quieras y más... ahora bien, no puedo asegurarte si son comestibles o no, jeje.
No nos hemos disfrazados para Halloween, pero sí que vimos a mucha gente disfrazada. De hecho terminamos en una fiesta de Halloween, donde posiblemente fuéramos los únicos sin disfraz.

Vir dijo...

Yo si me disfrace, en la casa había muchas arañitas por todos lados, así que me las puse por el pelo...
Pero eran de plástico, jeje

Anónimo dijo...

solamente felicitaros por el blog.
enhorabuena y esperando nuevos posts para conocer un poco mas la cultura australiana

saludos
sergi

Luismahou dijo...

Gracias Sergi

Betto dijo...

jajajaja

desde la lejania... me meo de la risa!! ya veremos cuando llegue y me pase a mi!!!

felicidades por el blog, es maravilloso!!