Después de dormir en uno de los famosos backpackers australianos (albergue de mochileros), en YHA, nos vinieron a buscar para empezar el Tour, la principal atracción ese día iba a ser el Kings Canyon, una versión diminuta del Gran Cañón del Colorado.
La ruta allí era del 9 km, que se hizo complicada por el calor, y las moscas. Por eso te imponen cargar con 3 litros de agua por persona, sombrero y aconsejan una red antimoscas.
Y es que sin ella, las moscas van a los oidos, a la boca e incluso a la garganta. Los guías tienen contabilizadas cuantas se han tragado durante los tours.
Por el paisaje merece la pena todo ese sofoco, y sobre todo a la llegada a un oasis en medio de las rocas, donde tuvimos la oportunidad de pegarnos un chapuzón, lo que fue gran ayuda para seguir.
Una vez terminada la ruta, empezó lo peor del día, una chica celiaca de Noruega que venía en nuestro grupo se puso enferma, por lo visto el sandwitch sin gluten que le habían dado, no era tal, y fueron 4 horas bastante duras.
Lo peor es que el guía no quería hacerse responsable de ella (aunque en realidad la culpa fuera de ellos mismos por "envenenarla") y quería mandarla de vuelta a casa, dejándola al menos dos horas en una gasolinera hasta que alguien de la empresa pudiera venir a recogerla.
Allí no había medicos ni hospitales, y la enfermera más cercana estaba a una hora, y les iba a salir muy caro llamar a un helicoptero a que vinieran a por ella, así que la mejor idea fue acampar allí. En el rato que nuestro grupo se fue a buscar leña, la noruega se puso malísima, tirada en el suelo echando hasta la primera papilla, una austriaca y yo estabamos intentando cuidar de ella, aunque con estas reacciones hay poco que hacer... menos mal que se repuso, además, como por arte de magia.
La anécdota es que ella misma era enfermera, lo que le vino peor, porque se empezó a agobiar de todas las cosas que le podían pasar.
Así que allí acabamos, lo bueno es que el sitio tenía duchas! Cosa que no habría pasado si hubieramos acampado donde el guía tenía planeado en un principio. Aún así, de 21 personas, sólo nosotros y nuestros amigos las aprovechamos.... Definitivamente, no valemos para ser backpackers...
Por lo demás, cenamos junto a la hoguera y dormimos bajo miles de estrellas. Porque el tour no ofrece tiendas de campañas, ahí está la gracia, se duerme al aire libre en los llamados Swag, un minicolchón con funda de lona.
Al día siguiente, madrugón, nos levantamos a las 4 de la mañana para ir rumbo a Kata Tjuta National Park, donde estuvimos ante una de las mejores vistas que hemos encontrado en Australia. Pero esto lo contaré en el siguiente post.
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