Como curiosidad, os diré que para entrar hay que quitarse los zapatos, así que no es buen sitio para el que le suden mucho los pies. Además, no tiene sillas, sino unos cojines que aparentemente están en el suelo rodeando la mesa. Y digo aparentemente, porque debajo de la mesa hay un agujero para meter los pies. Agujero que yo no vi, y cuando me fui a sentar, meti sin darme cuenta los 2 pies en el maldito hoyo y me di una buena leche.
Después pudimos disfrutar de variopintos platos japones de cuyos nombres no me acuerdo, y de la bebida típica: sake. Para quien no lo sepa, el sake se puede tomar frío o caliente. Se supone que en invierno el caliente entra mejor, y en verano, lógicamente, el frío. A mi ni me gusta ni me disgusta (donde esté una cervecita fresquita...), pero dentro del entorno japonés entra bastante bien.
Para rematar la noche Vir y yo decidimos cantar en el karaoke. Yo tenía claro que si hacía el ridículo, lo hacía en español. Lo malo, es que el número de temas en español era bastante reducido, y teníamos que elegir entre temas de Los Panchos y uno de Las Keptchup (el aserejé). Debido a que mi voz no está a la altura para interpretar a Los Panchos, pues decidimos imitar a Las Keptchup, baile incluido. Así que allí estábamos, encima del escenario, ante la atónita mirada de australianos y japoneses dejando bien alto a España. Cuando terminamos nos llevamos una pequeña ovación, así que el esfuerzo no fue en vano.
2 comentarios:
Para el próximo día.... La Macarena
jajaja
no nos esperabamos nada menos de ti, luisma el asereje te va que ni pintao¡¡¡
seguro que los presentes se partieron¡¡¡ y no es para menos
besitos sara
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