Nada más llegar a Pekín, a la 5 de la mañana, teníamos que esperar a que nos llevaran al hotel, a pegarnos una duchita, descansar si queríamos y salir rumbo a la ciudad para ver algo.
Cuando Air China me contó cómo hacerlo por email pareció más fácil que en la realidad, porque llegamos a la taquilla de tránsito a las 5 de la mañana y no había nadie...Preguntamos a la gente de aduanas y más o menos nos entendimos que esperaramos a que viniera alguien, lo peor es que ponía que abrirían a las 6,30, vamos que después de 11 horas de avión, teníamos que esperar hora y media ahí sólos, al final, después de preguntar a varios trabajadores del aeropuerto, que no hablaban inglés, conseguimos que una chica nos indicara. Y después de dos horas conseguimos que nos llevaran al hotel en un autocar gigante para nosotros solos.
El hotel estaba en medio de la nada, pero era bastante lujoso, y aunque nos apetecía dormir hasta la noche, simplemente nos duchamos, nos invitaron a desayunar e intentamos poner rumbo a la ciudad.
Después de varios intentos preguntando a la recepcionista cuál era la mejor forma de llegar a la ciudad y sólo obteniendo un "yes" por respuesta, nos llamaron a un taxi y aún con hora punta en las carreteras, llegamos a la primera visita obligada, el Templo del Cielo.
El Templo del Cielo está en unos jardines donde los chinos van a hacer deporte, tai chi, jugar a las cartas, al dominó, haga el frío que haga...
Después de verlo, fuimos corriendo a Tiananmen Square y a la Ciudad Prohibida, donde algunos nos intentaron timar o vender paseos por la ciudad gratis...pero no hicimos caso a nadie y seguimos nuestro paseo dirección a Hutong, una parte con muchísimos años de historia donde los pobres viven puerta con puerta con los ricos en condiciones muy distintas.
En esta zona, lo ideal es pillar un taxi-bici para visitar las calles estrechas mientras te cuentan un poco de historia.
Y en eso terminó nuestra visita, en 8 horas, ya habíamos visto bastante, gracias a un compañero chino que me hizo el planing de visita express.
La pena es que nos perdimos lo mejor, otro compañero chino, nos había organizado una cena con dos conocidos suyos para que nos llevaran a un buen restaurante a comer comida típica y el famoso pato pekinés, todo gratis. El único coste, según el plan, era una llamada telefónica cuando nos montáramos en el taxi, para pasarle el móvil al taxista y saber dónde tenía que llevarnos.
Lo gracioso es que de estos dos conocidos, uno no sabía nada de inglés, así que la cena prometía... pero estabamos tan congelados, perdidos y cansados, que decidimos no esperar y volver al aeropuerto con tiempo de sobra para dormir y escuchar 50 veces los mismos villancicos...
Así que después de pasar bastantes horas de vuelo, visitar parte de Pekín y volver a pasar unas horillas de avión, no podíamos tener mejor recompensa que unos churros con chocolate donde nos llevó mi padre y un sobrino recién llegado al mundo esperándome para achucharle.
En resumen, tres días sin apenas dormir y con muchas cosas que contar, pero destacar como consejo turístico varias cosas:
- No ir a Pekín en invierno y sobre todo si vienes de un país cálido, porque la diferencia de temperatura es muy grande.
- Ir con algunas palabritas preparadas en chino por si no eres capaz de comunicarte con nadie, porque ni el inglés ni mucho menos el español es su fuerte, y no desesperarse, porque tú eres el que va a China y eres el que tiene que saber comunicarse.
- Cuidado con los que hablan bien inglés, que intentarán timarte, sea ofreciendote taxi, guía o cualquier otra historia... a nosotros nos sonaba un poco raro...
- Ir en taxi es muy barato, pero muchos taxistas no sabrán ni una palabra en inglés, así que una foto del lugar o el nombre escrito en chino, les vendrá bien para adivinar dónde quieres ir.
- Las mujeres, que sepan que se tienen que agachar mucho para hacer pis, como en muchos paises asiaticos, el trono no es tal, sino que está incrustado en el suelo...
- Y cuando escuches un "jjjjrrrrrggggrr", apartarse, porque vendrá seguido de un tremendo escupitajo. La gente no se corta mucho allí...